La historia, en primera instancia, puede parecer típica: dos países separados que se desprecian; Fandora (gente pequeña, sin mucha tecnología pero con mucho genio) y Simbala (gente de estatura normal/ con barcos voladores, que viven en los bosques). Una simple chispa provoca el caos entre ambas naciones. ¿Quién prende esa llama? No son otros que los Voladores del Frío.

A medida que la historia avanza te vas dando cuenta que no es todo oro lo que reluce y la opinión que tenías de cierta especie pues… cambia.

Está lleno de aventuras, eso hay que admitirlo. Desde el primer momento en que Amsel (un fandorano) va en busca de la verdad, viajando por el país de Simbala, encontrándose con Viento de Halcón, Ceria, Efrion etc. pasan muchas cosas.

Es verdad que hay un punto que me aburrió. Todo este caos provoca una trama política en Simbala, que bueno, está bien, pero… ralentizó todo un poco y no me acabó de agradar.

Dicho esto, he de decir que la trama del Dragón me pareció muy guapa. Me sorprendió, cuando lo encontraron y explicó porque había acabado encadenado en una cueva. Está claro que los humanos, sean de la especie que sea, son traicioneros y malvados. Es triste, pero verdad.

Lo única mejora que le haría al libro es que se escribiera un segundo tomo.

Al acabarlo te deja un gusto algo… amargo. Me explico: deja un hilo argumental abierto y claro te da ganas de leer el segundo tomo para saber más. Por desgracia es tomo único así que te quedas con las aganas -.-

Sin duda lo recomiendo a todo aquel que le guste las aventuras escritas antaño, cuando la calidad se apreciaba más que la cantidad.